Mucho leímos en estos últimos días acerca del Coronavirus y como de a poco una decena de aerolíneas dejaron de realizar sus viajes a China hasta que la situación parezca estar controlada. Esta enfermedad pertenece a una familia de virus presente en humanos y animales, de origen desconocido y que se descubrió hace unos sesenta años. La cepa de la que tanto se habla hoy fue identificada por primera vez hace ocho años en Arabia Saudita y su contagio se produce por vía respiratoria de animal a persona y de persona a persona, por lo que su propagación es más veloz.

Los principales síntomas son tos, fatiga, dolor de garganta y/o cabeza, fiebre, secreción nasal, escalofríos y dificultad para respirar. Es importante frente a estos indicios, que pueden ser confundidos con un gripe normal, asistir al centro de salud más cercano indicando que se presentan síntomas coincidentes con la cepa 2019nCov, en especial si se estuvo en el último mes en alguna de las áreas afectadas (principalmente en la región de Wuhan u otras ciudades chinas). Como por el momento no hay una vacuna especialmente creada para este virus, lo importante es la prevención: lavarse las manos con frecuencia, evitar el contacto con personas con síntomas, y cubrirse ojos, nariz y boca si se tiene algún indicio de enfermedad.
¿Por qué se lo llamó de esa manera al Coronavirus? Si se ven las células al microscopio su aspecto es muy parecido al de un halo o una corona.