Desde mayo, todos los viernes a las 23 horas sube al escenario de El Portón de Sánchez la primera versión local de “Hombres y Ratones”, clásico indiscutido de John Steinbeck. La novela tuvo dos adaptaciones al cine, una versión en Broadway en 2014 con James Franco al frente del elenco y en su versión argentina está protagonizada por Juan Luppi, Ramiro Méndez Roy, Lisandro Fiks, Gustavo Luppi (quien vuelve a actuar después de más de veinte años y por primera vez lo hace junto a su hijo), Sandra Criolani y Heinz K. Krattiger. Como detalle no menor hay que contar que poco antes de encarar sus última funciones recibieron dos nominaciones a los Premios ACE en los rubros Dirección de Teatro Alternativo para Lisandro Fiks y Gustavo Luppi, y Revelación Masculina para Ramiro Méndez Roy por su rol de Lito. «En un año lindo, en principio por haber podido montar la obra y también por estas dos nominaciones. Son un mimo. Es coronar un proyecto que gestó Juan Luppi quien encontró el texto en España”, nos cuenta Ramiro. “‘Of mice and men’ es una novela muy reconocida para los norteamericanos. Es como el Martín Fierro de ellos. Lisandro hizo esta adaptación trayéndolo a La Pampa en el año 1968. Todo se inició cuando Juan descubrió la novela y me dijo que sería lindo actuarla juntos”.

-Como vos decís, es un clásico pero nunca se había hecho en Argentina.
-No, para sorpresa de todos no se había hecho. Después nos dimos cuenta que era difícil conseguir los derechos que los tienen los representantes literarios de Steinbeck en Los Ángeles. Hubo que hablar con ellos y fue difícil hacerles entender cómo nosotros hacemos teatro. Para ellos menos de 300 personas es teatro que definen como amateur y te dicen ‘¿cómo que hacen teatro para menos de esa cantidad de personas?’. Fue difícil hacerles entender que el teatro independiente no se hace aquí como una manera de generar dinero o con un encuadre comercial sino todo lo contrario. Tiene que ver mucho con la pasión, con las ganas. Y les sorprendía que pagáramos por los derechos de algo que no iba a generar ganancias o que por lo menos no era el fin primario de hacer la obra. Fue una larga negociación y finalmente llegamos a un acuerdo.
-En la adaptación tu personaje y el de Juan son dos peones golondrina. Contanos un poco quién es Lito.
-Lito es una persona que tiene una capacidad limitada para conectarse con los demás, para entender las cosas tal como suceden. El tiene una necesidad casi constante de acariciar cosas suaves, es en lo único que piensa este personaje. Puede ser un pedazo de tela, un ratón, un conejo. Él sueña y anhela conejos. Es un tipo con una fuerza desmesurada pero una inteligencia bastante limitada. Ahí contrasta con su compañero y amigo, quien sin tener formación es un tipo más inteligente. Son dos personas que andan vagando en busca de una estancia que les de techo y comida, tan básico como eso. Esa búsqueda de algo mejor es un lugar que les de trabajo y asilo. Ya eso nos parecía interesante de contar, al igual que la relación entre estos dos personajes. ‘Hombres y Ratones’ es una historia de supervivencia y amistad. Cuenta una historia potente que la adaptación de Lisandro hizo que se sienta más cercana a nosotros.

-¿Había un plus de nervios o de ansiedad por el hecho de que la obra todavía no se había hecho en el país?
-No lo vivimos así, pero días antes del estreno tomamos dimensión de esto. Creo que no se había hecho antes acá por lo difícil de la burocracia para adquirir los derechos.
-¿Cómo fue la decisión de mudarte de Córdoba a Buenos Aires?
-Fue una decisión fuerte, una de las más importantes de mi vida. Estudié varias cosas hasta animarme a decidirme por la actuación. Lo mío es esto. Lo hice durante muchos años en Córdoba, después quise venir a Buenos Aires para continuar con mi formación. Cuando llegué tomé clases en lo de Augusto Fernandes, ahí conocí a Juan. Podría decirse que fue la génesis de todo esto. En la obra jugamos con mi acento y con mis raíces. Y como un homenaje a mi pueblo, Lito también es de Tancacha.
Por @viajerosapie
Fotos de Franco Alonso