El Guggenheim Bilbao fue creado hace más de 20 años gracias a la asociación de la Fundación Guggenheim de Nueva York y tres instituciones vascas. Las muestras temporales y permanentes se dividen a lo largo de los tres pisos de este característico edificio a la vera de la Ría de Bilbao.

La entrada sale €13 por adulto e incluye una audio guía y acceso al guardarropas. Además el bar y bistró son lugares ideales para cortar el día.En ninguna de las salas está permitido filmar o tomar fotos, por eso todas las que compartimos acá son del exterior 📸

En la planta 1 pudimos ver la muestra “La cuarta dimensión” de Jesús Rafael Soto con obras dinámicas y esculturas participativas. También está la instalación de Jesse Jones dedicada al embrujo: “Temblad, temblad”. En el mismo nivel la exposición permanente e inmersiva de Richard Serra, “La materia del tiempo” en la que aborda las percepciones de espacio y tiempo.

Organizada en conjunto con la Haus der Kunst de Múnich, la segunda planta está dedicada a los cuarenta años de trabajo del fotógrafo alemán Thomas Struth. Por último, el nivel 3 presenta una selección de las obras maestras de la colección del museo (con piezas de Picasso, Warhol y Rothko, entre muchos otros) y un muestreo de los principales exponentes de la Kunsthalle Bremen.

Una de las mejores vistas de Bilbao las conseguimos desde la altura y para eso hay varias alternativas. Miribilla puede ser una de ellas. Otra (la de la foto de acá abajo) fue subiendo por la Plaza Nueva del Casco Viejo hasta el Parque Etxebarria. Entre las hamacas y la chimenea de la cima hay un camino que conduce hasta la Plaza del Gas.

Otro recorrido que se puede hacer para tener un pantallazo veloz si se tiene poco tiempo en Bilbao puede ser partiendo desde la Catedral de Santiago en el Casco Viejo. De ahí llegar a la Plaza Miguel Unamuno y subir los 213 escalones de las Escaleras de Mallona hasta la Basílica de Begoña.

Desde ahí se puede bajar por el Parque Etxebarria hasta el Paseo Campo de Volantín para ver la escultura Variante Ovoide y el Puente Zubizuri. Siguiendo unas cuadras más, aparece el mural “La llave” bajo el puente de La Salve (justo frente al Museo Guggenheim).

Continuando por Alameda de Recalde se pasa por una de las sedes del gobierno vasco (la foto de acá abajo) y por el centro cultural Azkuna Zentroa Alhóndiga Bilbao, rediseñado por Philippe Starck. Para terminar, unas cuadras después está la Plaza de Toros de Vista Alegre y el Museo Taurino.

Si tienen tiempo de sobra en Bilbao y el clima acompaña hay dos escapadas ideales que, además, pueden combinarse. Tomando el metro se llega a Portugalete con hermosas vistas de la Ría de Bilbao, bares en la costa y muchas opciones para comer pescado. El puente colgante Bizcaya tiene un costo de 0,45€ por persona y en un instante se está del otro lado, Guecho.

Hay varios recorridos costeros indicados de acuerdo a la cantidad de metros que tiene cada uno. Justo desde la salida del puente comienza uno de ellos y poco más adelante está el recorrido de las Grandes Villas para ver algunas de las construcciones más importantes de la zona a comienzos del 1900. Las playas, como la de Algorta, también merecen las paradas a descansar un rato.

Llegando casi al final de uno de los caminos más extensos pero con vistas en altura, está el Fuerte La Galea y el faro, lugar donde la ría da paso al Mar Cantábrico.
