Siete años después de su publicación original, llegó a Argentina la cuarta aventura de Theodore Boone, el personaje que John Grisham creó para su serie de libros juveniles. Con 13 años y convertido en la estrella del club de debate de su escuela, Theo siente que el asma le impide participar en deportes de equipo y que, perfeccionando el arte de hablar en público, su futuro está en defender las causas que cree importantes. Hijo de abogados y con despacho propio en el bufete familiar, Theo se transforma en el asesor de todos los conflictos que pueden tener sus amigos. Una noche, mientras miran el noticiero local, el gobernador anuncia la construcción de una ruta de circunvalación con un presupuesto de 200 millones de dólares. Sabiendo de los recortes en el área de salud y educación, algo huele mal en esta noticia y será Theo quien se involucre a fondo. Para ello se contacta con Sierra Club, uno de los grupos ecologistas más importantes a escala mundial, quienes se oponen a la obra por el impacto medioambiental que producirá en la comunidad. A medida que sigue investigando se dará cuenta que los negocios oscuros de un grupo de políticos están detrás de esta decisión que permitirá expropiar decenas de campos de los vecinos de Strattenburg.
Grisham trae de regreso a los personajes que se volvieron un clásico de esta saga como Ike, el perro Judge, los doctores Boone y April, y suma varios intereses de Theo que apenas habían sido mencionados en ediciones anteriores, como su grupo de scouts. A diferencia de libros previos, aquí hay menos acción, el conflicto es mucho más expositivo y la resolución se da apresurada y sin mayor importancia. Es como si el autor decidiera construir toda la tensión en más de doscientas páginas para resolverla en un único capítulo de un par de carillas. Tal vez parte de las líneas argumentales que quedaron a medio camino se resuelvan en las ediciones venideras ya que la colección completa, hasta el momento, se conforma por un total de siete volúmenes.