Dolittle

Este reboot de la saga llevada al cine en varias ocasiones decide hacer por completo un borrón y cuenta nueva, eliminando todo rastro de las películas anteriores. Con Robert Downey Jr. en doble rol de protagonista y productor, se pone en la piel de John Dolittle el veterinario capaz de hablar con los animales. Tras la muerte de su esposa, Lilly, John se recluye en su casa y decide no practicar más la medicina ni tener contacto alguno con el mundo. Todo cambia cuando un pequeño niño le pide ayuda para curar a una ardilla, justo en el mismo momento en que una emisaria de la reina de Inglaterra reclama su presencia en el Palacio de Buckingham. La monarca está a punto de morir y de hacerlo, Dolittle perderá su casa devenida en santuario. Sólo hay una solución: embarcarse para conseguir la flor que sirva de antídoto al veneno ingerido por la reina.

La película dirigida por Stephen Gaghan en base a su propio guión, apunta a un público infantil ya que los chicos un poco más grandes seguro la considerarán demasiado naive. El diseño digital de los animales es bueno pero no hay ninguna verdadera sorpresa en ese aspecto. Por el contrario, el uso de los efectos visuales es demasiado notorio y el abuso de croma casi imperdonable. A Downey Jr. se lo nota con ciertas dificultades para despegarse de Tony Stark y eso se percibe a cada instante en la construcción del personaje (¡y ese dudoso acento británico!) Todas las actitudes de Dolittle son infantiloides en demasía y después de un rato hacen del personaje alguien insufrible. Para compensar, en la versión original pueden escucharse los trabajos vocales de Emma Thompson, Rami Malek, Octavia Spencer, Ralph Fiennes y Selena Gómez.

Por Damián Serviddio

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