Una muestra, tres artistas

Tres artistas, tres amigos se unen para presentar Oda, una muestra que reúne la obra de cada uno bajo la curaduría de Marina Furlanetto. Lo hacen en Uno + Uno, un lugar que cuenta con un aura tan particular como único. Tulio Gómez Alzaga presenta sus maravillosos dibujos que son un verdadero universo de expresiones, Pablo Sahores sorprende con sus increíbles pinturas y Francis Verstraeten comparte sus fotografías. Juntos se presentan el 26 de mayo de 19 a 23 en Darwin 1351, CABA, y la obra permanecerá colgada hasta el 28 de mayo.

Tulio, Pablo y Francis presentan una pregunta, simple pero potente: ¿cómo afrontar la vida? Y en el mismo gesto, como Neruda, esbozan una respuesta: antes de creerla amarga, eligen la otra opción, la única que queda: «no adoptar ni halagar a la desdicha». Sus obras hablan de sí mismos, de sus raíces, de sus crianzas, de sus familias y de su entorno, universos que se entrecruzan y retroalimentan. Los tres escriben así, con sus imágenes, una oda a la vida; escapan de los lugares comunes y el optimismo trillado para trazar un puente entre distintas dimensiones de la memoria y su experiencia cotidiana. Avanzan hacia ese lugar en el que es posible vivir.

Para apreciar la obra de Tulio Gómez Alzaga hay que detenerse, hacer una pausa y observar; ir del todo a lo singular y de lo singular al todo, perderse para poder encontrar. A través de su trazo, Tulio nos adentra en un universo de expresiones. Por momentos su gesto es suave y liviano; por otros se vuelve profundo y oscuro. En sus obras lo brutal se vuelve sensible, en un acto tan primitivo como lo es carnear un chancho. Encuentra refugio en la mirada de aquel animal inocente condenado a un destino impuesto. Las imágenes resuenan en su cabeza. Entonces mira a su alrededor: ¿Quién es el chancho?

Pablo Sahores ha ubicado su trabajo artístico entre la pintura y el collage. Su obra se encuentra en algún lugar entre el recuerdo de un pasado lejano, una reapropiación y una puesta en valor de sus raíces. Al igual que un niño explorador, Pablo vuelve a sus memorias, las toma, las recorta y les da vida en estos nuevos escenarios inciertos llenos de color, despojados de todo limite y con la oportunidad de reinventarse. La acción del artista opera en estos paisajes entre el cuidado y la observación. Enfoca sutiles y casi imperceptibles acontecimientos; leves accidentes radicados en las superficies de sus obras.

¿Qué se oculta a simple vista? Francis Verstraeten nos presenta dos lugares. Por un lado, relatos que muestran la ciudad de Buenos Aires como una escenografía en la que florece lo invisible: la belleza de la ciudad, su estilo arquitectónico indefinido, causado por las distintas olas migratorias, sus murales, sus colores, sus habitantes. Por otro lado, nuestro Río de La Plata, a espaldas de la ciudad, su color marrón menospreciado; aquel río, hoy en día olvidado, que alguna vez supo guardar tesoros imaginados y futuros fértiles. Francis se vale de la fotografía para conectar con dimensiones sensibles de la memoria y una conciencia diferente del presente.

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