En nuestro segundo día en Lisboa, decidimos ir a caminar al puerto, sobre la costa que une el sur de la ciudad con dos de los atractivos más interesantes: el monumento de los descubridores y la torre de Belém.

🚉Tomamos el tren Linha de Cascais hasta la estación «Belem» y de ahí hicimos a pie la costa, bordeamos las amarras de barcos y dimos con el monumento y luego con la visita a la torre tan linda.

🐠Al regreso quisimos comer ahí, frente al río, con la brisa fresca dándonos en la cara. Nos sentamos en las mesas externas de «A vela», el restaurante de la asociación regional de vela del centro de Lisboa.

🍽Pedimos una corvina con papas al natural y un bife a vela que traía un huevo frito encima, al estilo de la milanesa a caballo de nuestras tierras argentinas. Acompañamos con una copa de vino blanco.

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💧El agua chocaba tímidamente contra la costa curva, y el sol reflejaba sus rayos en el agua verdosa. La vista era única, de un lado un largo corredor costero, de otro el imponente monumento con viajantes lejanos hechos de piedra que, a la distancia, daba mejor perspectiva a la vista. Fue verdaderamente un momento de calma y conexión con lo más bello de viajar: probar sabores locales y hacer experiencia en sitios nuevos.

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