Esta versión protagonizada por Natalia Oreiro fue la tercera remake de la peli chilena ‘Sin Filtro’ que antes tuvo sus adaptaciones en México y España. Pilar tiene casi 40 años y parece entregada a lo que la vida le puso enfrente: un jefe inmaduro e inepto, un marido vago, un hijastro maleducado, una amiga que no le da bola, un ex novio a punto de casarse y una hermana demasiado preocupada por su gato. Todo lo que daba por sentado termina haciéndola colapsar cuando una influencer llega a la agencia tratando de quitarle el lugar que ella construyó con tanto esfuerzo a lo largo de los años. Desbordada y en un encuentro nocturno al borde del río, Pilar despierta como nueva en todo sentido: por primera vez se anima a decir lo que realmente piensa de todo y todos… y los manda al carajo sin importar el qué dirán.
Oreiro es una comediante nata y acá encuentra un terreno en el que se siente lo suficientemente cómoda como para explorar esa veta del humor zarpado, dejándose llevar por la locura de la nueva Pilar y por esa liberación de las ataduras hasta límites enajenados (la pelea con el taxista es un diez). Esta adaptación local de un éxito internacional cuenta además con grandes actores en pequeñas participaciones ajustadas y servidas para que Natalia se pueda lucir: así pasan por escena Valeria Lois, Pilar Gamboa, Gimena Accardi, Diego Torres, Fernán Mirás, Malena Sánchez y la sorpresa que no vamos a develar acá de quién es su psicólogo. Poco más de 80 minutos para divertirse y, sobre todo, pensarnos a cada uno de nosotros en esas situaciones y ver cuán buenos somos en contener la locura que llevamos dentro.