Es común pensar que los animales preferidos de los humanos son los perros porque son los más fieles y tiernos, o inclusive que es ideal tener un gato porque son independientes y hacen buena compañía en la casa. También es común pensar la disputa que hay entre los fanáticos de los perros y los que prefieren los gatos, ambos con argumentos fuertes. Para quienes se sumen a la reflexión anterior, las primeras páginas del libro de Elli H. Radinger (editado por Urano) les presenta una opción sorprendente: son los lobos los animales que más se parecen a los seres humanos, y en particular a las mujeres.
La similitud entre los humanos y los lobos que presenta la autora a lo largo de estas páginas no tiene que ver con la convivencia (¡claramente un lobo no podría ser nuestra mascota!) pero sí nos aporta mucho sobre su modo de vivir en comunidad, muy parecido al nuestro. Los lobos piensan, se comunican y se cuidan entre sí de manera muy similar a nosotros. Las historias que narra Radinger –una abogada que abandonó la profesión para escribir y observar lobos- están mayormente ubicadas en el parque se Yellowstone, donde observa desde hace varios años a estos animales salvajes en libertad. Esa observación le permitió familiarizarse con un comportamiento único que permitió que su trabajo de campo no sólo sea este libro, sino también inspiración para novelas y libros de divulgación.

La experta en lobos más conocida de Alemania nos enseña que, lejos de la ferocidad, los lobos son animales bellos y libres que muestran nobleza en su vida cotidiana. Ellos son muy familieros, cuidan de su manada y muestran lealtad y sabiduría en sus decisiones. Los lobos se parecen más que ningún otro animal a los humanos porque –al igual que nosotros- también buscan divertirse y disfrutar. Esta es una publicación ideal para quienes sienten amor por los animales, porque no sólo se piensa en el control o adiestrarlos sino también en hacer el ejercicio de comprenderlos, y fundamentalmente de aprender de su comportamiento diario para lograr ser mejores personas.
Un detalle no menor de esta edición es que ¡trae unas fotos bellísimas!
Por Marcos Mutuverría