Spike Lee en estado puro: «El infiltrado del KKKlan»

El director Spike Lee comienza las más de dos horas de peli con un discurso de propaganda que explica la supremacía del hombre blanco protestante por sobre los negros y los judíos. Esos fragmentos, actuados por Alec Baldwin, marcarán el tono de crítica, ironía y concientización sobre lo que la población afroamericana vivió y sigue padeciendo en territorio estadounidense.

John David Washington interpreta a Ron Stallworth, el primer policía negro de Colorado Springs en tiempos en donde las Panteras Negras eran consideradas el mayor peligro para la gente bien de los Estados Unidos. El empoderamiento de la herencia africana también tiene un lugar fuerte en la historia cuando él se infiltra dentro de ese grupo para conocer cómo trabajan y analizar las acciones frente a la marchas a futuro. Siendo un miembro más del movimiento, en uno de los días de trabajo de oficina Ron encuentra un aviso del KKK en el periódico y haciéndose pasar por un hombre blanco llama para pedir más información. Por teléfono Ron entabla relación con los miembros de ‘la organización’ (jamás se mencionan a ellos mismos como el Ku Klux Klan) pero personalmente debe recurrir a uno de sus compañeros para que lo personifique. Ahora Ron también estará infiltrado en el KKK vía telefónica y desde allí intentará descubrir los próximos atentados contra poblaciones negras y judías. Así la película se mete con historia real de una de las redadas más grandes en contra del Klan revelada a los medios casi 30 años después por el Ron verdadero.

Spike Lee va cargando la atmósfera con la misma tensión que puede ser vista hoy mismo en los noticieros. Preocupa el saber que nada parece haber cambiado en estos últimos 40 años. El crecimiento del neonazismo en estos tiempos debería despertarnos la alarma respecto a los derechos que creemos ya adquiridos y que ahora vuelven a estar en peligro en mano de grupos extremistas que bogan por la supremacía de la raza pura. “Nos están matando como si fuésemos perros”, “Si no me defiendo a mí mismo, ¿en qué me convertiré?”, “Todo el poder para el pueblo” son algunas de las frases que se dicen los personajes en los setenta y que bien podríamos escuchar en la actualidad en cualquier informe periodístico.

Por Damián Serviddio

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