El sueño de todo little monster: entrar en la intimidad de Gaga durante varias semanas. De eso se trata este documental de Netflix presentado durante el Festival Internacional de Cine de Toronto en 2017 en el cual la cantante anunciaba también sus problemas de salud y su retiro temporario de los escenarios. Aludiendo a la altura de la mother monster (cinco pies y dos pulgadas, casi 1.60 metro) el film dirigido por Chris Moukarbel está disponible en la plataforma de streaming y casi como vouyeristas vamos recorriendo los entretelones de la grabación de su disco Joanne, la preparación para el mega concierto del entretiempo del Super Bowl, sus dolores físicos debido a la fibromialgia y la separación de su novio. Los fanáticos celebraron la postura de Lady Gaga de no maquillar sus problemas, de exponerlos en carne viva (el encuentro con su padre y abuela para escuchar el demo de una canción dedicada a su tía fallecida es un ejemplo de ellos), de no contener su emoción casi constante durante gran parte de la película. Y es precisamente este último punto en donde los detractores de la cantante aprovecharon a denostar la producción alegando que sólo se trata de Gaga llorando durante 100 minutos. Análisis reduccionista como pocos.
Por Damián Serviddio