Después de haber alcanzado el récord de taquilla para una película de terror con una recaudación mundial de más de 700 millones de dólares, el director Andy Muschietti contó con un presupuesto mayor a aquellos 35 millones que costó la primera parte. Las sumas se fueron en los espectaculares efectos visuales, en el rejuvenecimiento de todo el cast adolescente para que no se noten los dos años de diferencia entre ambos rodajes y en los sueldos de las tres estrellas que encabezan el reparto adulto de esta secuela: Jessica Chastain, James McAvoy y Bill Hader. El resultado son casi tres horas de puro sobresalto, pánico psicológico y de Bill Skarsgård metiéndose en nuestro inconsciente para futuras pesadillas. 

Esta continuación toma uno de los puntos fuertes de la novela de más de 1000 páginas de Stephen King, la doble línea narrativa que se daba con el Club de los Perdedores a fines de los ochenta y su regreso a Derry 27 años después, cuando Pennywise vuelve más fuerte que nunca para terminar con su plan malvado. Reclutados por Mike, el único que parece recordar lo que ocurrió tras el enfrentamiento final, el realizador argentino supo cómo articular ambos tiempos haciendo que la aparición de los niños no sean meros flashbacks sino partes fundamentales del nuevo relato. Las transformaciones del payaso demoníaco son aún más espectaculares y terroríficas. Las tres horas pueden resentirse un poco en aquellos no acostumbrados a producciones tan largas, para los fanáticos, son una bienvenida dosis de sustos y saltos en la butaca.

Además, para el público local el director (en su raid mediático por Buenos Aires siempre acompañado por Bárbara, su hermana, productora del filme y la otra mente creativa detrás del proyecto) dejó varias perlitas escondidas por ahí. Cuando son detectadas, al igual que su cameo y el de otra pieza clave para este universo, el público lo celebra con risas y aplausos en la sala. Son esos pequeños momentos de la experiencia colectiva en una sala a oscuras los que tanto nos gustan a aquellos que amamos ver buenas historias en la pantalla grande. “It: capítulo 2” es un cierre a todo trapo para un clásico de la literatura fantástica que nos deja preguntándonos cuál será el siguiente paso en la ascendente carrera cinematográfica de los hermanos Muschietti.

Por Damián Serviddio