Finalmente llegó la última película de la fase 3 de MCU y tiene a Peter Parker enfrentando el duelo de las pérdidas en Avengers: Endgame. La sociedad está reconstruyéndose luego de los cinco años en donde desapareció gran parte de la humanidad; todo está el un estado frágil y delicado, con Nick Fury tratando de reconfigurar la iniciativa de los héroes vengadores. En medio de cansancio extremo y de la inestabilidad emocional, Peter se suma a un viaje escolar con sus compañeros para recorrer varias ciudades europeas. Tal vez sea la oportunidad de descansar y de animarse a dar el paso clave con M.J. y expresarle sus sentimientos. Las vacaciones no durarán mucho. Spider-Man será requerido una vez más cuando los Elementales, criaturas destructivas réplicas de las vistas en otros planetas, empiezan a destrozar ciudades en su camino por arrasar el mundo. Peter contará con la ayuda de Misterio, un extraño héroe, desconocido hasta el momento, que tiene la clave de cómo evitar la aniquilación total.
Sin adelantar mucho para que todo sea una verdadera sorpresa para los fanáticos de la saga de Marvel, los realizadores plantan la semilla del multiverso, algo que todavía no fue desarrollado en toda su extensión (salvo en la última producción animada de Spider-Man, ganadora del Óscar a principio de año). La historia, ya aceitada respecto a la química de los actores y sus roles en pantalla, guarda varias vueltas de timón, algunas más sorpresivas que otras. Sin embargo, no defrauda en lo absoluto. Era difícil cargar con el peso de ser la sucesora del binomio final de los Avengers, algo de lo que ‘Lejos de casa’ sale airosa. A no salir corriendo del cine, no sólo por la comiquera secuencia de títulos finales, sino por las dos escenas post créditos: una de ellas será clave y decisiva para el futuro de Peter y de toda la fase 4, de la que por ahora se tienen pocos detalles.
Por Damián Serviddio