Atrapado robando

A 40 años de «Después de hora» de Martin Scorsese, el director Darren Aronofsky -en su primer largo tras el éxito de «La Ballena», decide homenajear ese clásico protagonizado por Griffin Dunne en esta historia cargada de extrema violencia, personajes en el momento y lugar equivocados, y mucho humor.

Hank Thompson (interpretado por Austin Butler, protagonista de «Elvis») era una estrella del béisbol en el secundario, pero alejado de esa vida de promesas deportivas, ahora vive en la Nueva York de fines de los noventa. Un trabajo sin aspiraciones ni preocupaciones a cargo de un bar, una novia paramédica que lo acompaña en todo (Zoë Kravitz), y un jefe despelotado que le trae más dolores de cabeza que consejos (el propio Dunne). Cuando su vecino punk-rock Russ (Matt Smith) le pide que le cuide a su gato durante algunos días, Hank se ve de repente en medio de un grupo de peligrosos gángsters de todos los colores, nacionalidades y religiones posibles. Todos quieren obtener algo, pero ni Hank sabe de qué le hablan y ni siquiera sabe si le va a dar la poca vida que le queda por delante para descubrirlo.

«Atrapado robando» nos generó sensaciones encontradas, claro que Aronofsky sabe meterse en la psiquis de personajes complejos, perturbados y con ambivalencias, de eso no cabe duda. Sin embargo, esta propuesta que parece una película de Guy Ritchie se percibe ajena al director de «El cisne negro». Por momentos entretiene, por otros la violencia absoluta es abrumadora, y en nuestro caso no logramos entrar en código de humor propuesto (salvo por las escenas a cargo de los judíos ortodoxos que interpretan Liev Schreiber y Vincent D’Onofrio, tal vez de lo más logrado en cuanto a comedia). Bad Bunny/Benito Martínez Ocasio y Regina King salen airosos de sus pequeñas participaciones como piezas esenciales de este engranaje de engaños, disparos y aniquilaciones. Pero es cierto que en el balance final, nos costó reconocer el estilo de Aronofsky en un guión con pasajes tediosos, a veces previsible y con vueltas de tuerca que no lo fueron tanto.

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