Sonny Hayes, figura prometedora de la fórmula 1 en su juventud pero que nunca llegó a los niveles que la prensa y la industria proyectaba, se gana la vida con carreras esporádicas. Sin equipo, sin vínculos reales, sin conexiones que duren más allá de un par de semanas. La oportunidad de regresar a la F1 cuando está arañando los 60 años, puede que sea la última chance de su vida para redimirse y confiar en el poder de las segundas vueltas. Ser el mejor en su profesión tal vez ya no sea su deseo, pero la redención con su yo del pasado quizás sea lo que lo motive a ponerse a la altura de corredores que le llevan más de tres décadas. Su ex compañero, Rubén Cervantes, es propietario del equipo que enfrenta grandes problemas financieros y popularidad dentro de los aficionados a la velocidad. Salvar a su amigo y salvar su reputación también se pone en la balanza. Pero deberá enfrentar los prejuicios propios y ajenos, en especial de su compañero de competición, Joshua Pearce, y de la directora técnica de la escudería.

Jerry Bruckheimer nos lleva de regreso a las grandes películas de acción que lo coronaron como el productor estrella de las mismas a fines de los 90 y principios de los dos mil. Gran responsable de esto es el director Joseph Kosinski, el mismo de Top Gun: Maverick, quien mantiene el pulso en todo segundo. El gran score a cargo de Hans Zimmer, se suma a un soundtrack descomunal ya disponible en plataformas digitales, y a la dirección de fotografía de Claudio Miranda. Todo en la propuesta de F1 – La Película es a gran escala, cada fotograma exuda dólares, no solo por su costo de realización sino también por la cantidad de marcas de primer nivel que aparecen en pantalla no por amor al deporte.

Brad Pitt, Javier Bardem, Damson Idris, Kerry Condon y Tobias Menzies nos llevan a un viaje de poco más de 150 minutos a 300 kilómetros por hora con muchas escenas filmadas durante fines de semana reales de Gran Premio a lo largo de todo el mundo. Una película que se disfruta, y mucho, aún sin ser un aficionado al automovilismo.