Con el virus eliminado de la Europa continental, las islas británicas viven en una cuarentena eterna y los sobrevivientes fueron librados a su suerte. Casi tres décadas después del contagio masivo, Jamie y su hijo Spike emprenden el rito que marca el paso a la adultez de todo adolescente de su pequeña comunidad escocesa: dejar la seguridad del hogar y enfrentarse -en tierra firme- a los resultados devastadores de la rabia incontrolable. «No hay rescates, sin excepciones», le dicen como advertencia final a este joven que está más preocupado por descubrir cuál es la enfermedad que aqueja a su madre que por liquidar a sus primeros muertos vivos.

Dirigida por Danny Boyle y escrita por Alex Garland, ambos productores de la cinta, tanto la música como la edición de esta tercera entrega de la saga nos recordó mucho a algunas de pelis más exitosas de Garland: Aniquilación y Ex-Machina. Incluso, si nos ponemos en busca de sensaciones similares, todo el primer acto fue un viaje directo a El último camino de John Hillcoat. Ya en el segundo acto, y con la madre de Spike en el centro de la historia, la incorporación de un soldado sueco indignado con haber quedado varado en la isla, le aporta humor a una historia que hasta ese momento era pura solemnidad post apocalíptica. Infectados alfa, más rápidos e inteligentes que el resto de ellos, también suman un elemento novedoso y de adrenalina a una película que casi no da respiro durante 115 minutos.

Exterminio: La Evolución tiene a Jodie Comer, Aaron Taylor-Johnson, Jack O’Connell, Alfie Williams y Ralph Fiennes como elenco principal para una notable expansión del mundo creado en 2002, todo llevado a un nuevo nivel. Incluso hay varios momentos en los que cuesta no querer sacar la vista de la pantalla frente a lo explícitas y nauseabundas de algunas de las escenas que Boyle pone frente a nuestros ojos. Y esto no se queda acá. El año que viene ya está anunciada 28 Years Later: The Bone Temple, también escrita por Garland y dirigida por Nia DaCosta.