Con cerca de un año de retraso respecto de su fecha original de lanzamiento, llega a los cines la octava y ¿última? entrega de la saga protagonizada por Tom Cruise desde el año 1996. Pensada para ser filmada back to back con «Sentencia mortal» y con los planes modificados debido a la gira promocional de «Top Gun: Maverick», este capítulo es una homenaje a los 30 años de la franquicia
«El mundo está cambiando, la verdad desaparece. La guerra está llegando», nos advierte desde el comienzo la presidenta de Estados Unidos encarnada por Angela Bassett. La inteligencia artificial que vimos salirse de control en la película anterior, se infiltró en todos los armamentos nucleares del mundo, preparada para iniciar un cataclismo de proporciones jamás vistas. Solo 4 naciones evitan que el caos destroce la Tierra: EE.UU., Rusia, China y el Reino Unido. La única manera de frenar el apocalipsis y controlar a La Entidad es encontrar el código original y a su creador. Pero claro, no será sencillo… será imposible (o casi).
El equipo de las M:I anteriores regresa a pleno con Hayley Atwell, Ving Rhames, Simon Pegg y Pom Klementieff a la cabeza, más algunas sorpresas históricas de la saga que son celebradas por el público. Si bien es una secuela directa de la séptima entrega, para aquellos que no recuerdan todos los vericuetos de la anterior, el director Christopher McQuarrie se encarga de recordarnos los puntos más importantes como para que nadie quede afuera de esta celebración final, ni siquiera los que le dieron la espalda a esa producción de 2023.
Tom Cruise demuestra, una vez más, que es el héroe de acción mainstream indiscutido de las últimas tres décadas. El tercer acto de «La sentencia final» es una locura absoluta de 45 minutos con infinidad de cuentas regresivas y un desenlace a todo ritmo para una franquicia histórica. Por películas como esta es que amamos el cine y ver las historias en pantalla gigante.
