Después de once años y 22 películas, el año pasado llegó el juego final para los Vengadores. Sabíamos desde hace tiempo que sería la despedida de varios de ellos del Universo Cinematográfico de Marvel, eso no impide el sabor amargo del adiós. Logrado como pocas veces ocurrió en la historia del cine, el engranaje que la factoría de cómics fue creando a lo largo de esta década encontró en los hermanos Anthony y Joe Russo la pareja ideal para cerrar la fase 3. Todo estuvo tan bien premeditado y encauzado desde el estreno de Iron Man en 2008 que este ‘hasta pronto’ emociona y se goza en igual medida. Nada resulta azaroso o resuelto a las apuradas.

Esta cuarta incursión de los Avengers en cine comienza exacto en donde quedamos al final de Infinity War y la escena post créditos de Capitana Marvel. La tradición de esas famosas escenas tras los títulos se quiebra en esta despedida, el canto del cisne para grandes personajes: algunos no volverán, otros continuarán con nueva cara y otros… aún es un misterio lo que ocurrirá con ellos. La secuencia de créditos finales es hermosa, destacando la presencia de los seis vengadores originales pero incluyendo a casi cincuenta figuras de Hollywood que participan de esta última entrega (aunque sólo sea por algunos segundos los fans celebran la aparición de cada uno de ellos).

Endgame se propone, y logra con creces, cerrar las tramas de todos los conflictos individuales que fue presentando en la veintena de filmes anteriores. La expectativa era altísima para la conclusión de una era dorada en lo que a cine de superhéroes respecta. Marvel no defrauda ni por un sólo momento y deja la vara muy alta para los personajes que deberán hacerse cargo de la fase 4. Desde acá le deseamos larga vida a Marvel y su universo.

Por Damián Serviddio