Terminator: Destino oculto

En el año 2020, en la ciudad de México, una mujer desnuda aparece debajo de un puente. ¿Es humana? ¿Un nueva generación de robots exterminadores? Nadie lo sabe con certeza, salvo que tiene como objetivo proteger a Dani, quien podría ser la madre del futuro salvador de la humanidad en la guerra contra las máquinas. Pero estas dos mujeres no estarán solas, porque una madre en busca de venganza se sumará a ellas para combatir a los Terminators cada vez más poderosos.

Con el regreso del productor James Cameron a la franquicia, este nuevo capítulo retoma la historia de T2 eliminando todo lo que vino después. Borrando del mapa las secuelas que nunca fueron del todo bien recibidas por la crítica (el público fue algo más benévolo) el auge de los comebacks también alcanzó a este clásico trayendo de regreso a Linda Hamilton y Arnold Schwarzenegger junto a nuevas caras como Mackenzie Davis, Natalia Reyes y un desaprovechado Diego Boneta. No hay que esperar demasiada profundidad en la historia o en el análisis de cómo las máquinas avanzan por sobre la vida humana. Tampoco se esperaba eso de una saga pochoclera que cuenta con un impecable desarrollo de FX, pero que tampoco sorprende demasiado en ese aspecto.

Hay de todo en esta película dirigida por Tim Miller, el mismo realizador de Deadpool: persecuciones, transformaciones, personajes venidos del futuro, luchas cuerpo a cuerpo, tiroteos. No falta ningún elemento de los esperables en los 134 minutos de duración. Miller es un experto a la hora de orquestar este tipo de producciones que pueden gustar más o menos pero cuya calidad de realización es innegable.

Por Damián Serviddio

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